Por
Raúl Gorrín.- Los clientes, la joya de la corona,
el porqué y la razón de toda organización, es necesario tratarlos como a reyes
para mantenerlos felices y siempre en casa, es decir, fieles a su negocio, sea
este una gran empresa o un pequeño emprendimiento.
El mundo globalizado de hoy ofrece
multiplicidad de oportunidades a todos, por lo que es preciso mantenerse ojo
avizor y atento, no vaya a ser que su cliente corra a los brazos de otro porque
siente que allí recibe mejor trato y atención que con usted.
Hay cientos de empresas en torno a la suya
que luchan por los mismos clientes que usted.
Por tanto, es preciso luchar por conquistar
a ese público que aún se mantiene distante, pero sobre todo, cuidar sobremanera
a la clientela con la que ya cuenta, es decir hay que fidelizarlos.
En tal sentido aquí le ofrecemos algunos
consejos o tips para que tenga éxito en este propósito de fidelización de sus
clientes.
Lo primero que tiene que hacer es
preocuparse permanentemente por ellos. No puede desampararlos, pues cada
cliente que toca las puertas de su negocio viene con un cargamento de
exigencias y necesidades que usted tiene que satisfacer si no quiere que se
vaya con otro que le da lo que con usted no encontró.
Hay que identificar claramente cuáles son
esas necesidades para poder responder adecuadamente al cliente y ofrecerle la
mejor solución posible.
En segundo término, dele un buen
asesoramiento, escúchelo atentamente y ofrézcale un menú de alternativas que le
permita solucionar sus problemas. Recuerde, el cliente que encuentra respuestas
en usted y su negocio entonces muy probablemente volverá cuando tenga otra
inquietud o necesidad, seguro de que, como le dijimos anteriormente, usted
vuelva a servirlo. La clave está en darle un trato personalizado y un excelente
servicio.
No olvide que la imagen es sumamente
importante para su organización. Su negocio debe dejar una buena impresión en
el cliente que le visita por primera vez. Cuide, por tanto, todos los factores
que intervienen, tales como empleados dispuestos no a ser vendedores sino
asesores, a prestar un servicio de calidad y una atención esmerada. Y por muy
humilde que sea su negocio, debe estar siempre bien cuidado, limpio, ordenado y
con un ambiente agradable.
Premie a sus clientes, incentívelos a
volver brindándoles un servicio y asesoría que le permita sentir que se
encuentra en el lugar adecuado para resolver su problema o necesidad. Y aunque
todos los clientes son importantes, recompense a aquellos que le son fieles con
descuentos especiales, por ejemplo.
Si su cliente encuentra en su negocio todo
esto de los que hemos hablado, pues muy seguramente seguirá acudiendo a usted
en un futuro, seguro de que en su organización siempre encontrará la respuesta
que anda buscando.
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