Por
Raúl Gorrín.- La digitalización llegó para
cambiarlo y transformarlo todo, desde los sistemas informáticos, el mercadeo,
la maquinaria, los procesos, pero también lo social y lo cultural. Entre los
asuntos relativos a lo penúltimo, está todo lo relativo al ámbito laboral y,
por ende, los recursos humanos.
Y es que ni los trabajadores, ni los
procesos para su selección y reclutamiento son iguales a los vigentes hace
veinte años.
La digitalización y todas las herramientas
que trajo consigo dieron un vuelco a los procesos de formación y escogencia del
personal que labora en las organizaciones.
Pero veamos cuáles han sido esas
transformaciones.
Comencemos con que el director de recursos
humanos en la era de la digitalización es prácticamente un personaje distinto
al que operaba hace dos décadas. Los métodos tradicionales que aquel usaba son
un asunto de la prehistoria. Bueno, tal vez exageramos. Pero sí es cierto que
su perfil profesional ha variado considerablemente.
La vertiginosidad con que ha sucedido todo,
los nuevos adelantos que introdujo la era digital, ha hecho que los
profesionales del área de recursos humanos no paren de aprender y asimilar
nuevas formas de llevar a cabo su trabajo. La actividad y el aprendizaje para
ellos son permanentes.
Un asunto que varió considerablemente es el
hecho de que el área de recursos humanos dejó de ser aquel departamento aislado
de las empresas que únicamente se desempeñaba contratando personal y pagando su
sueldo quincenalmente. Ahora la filosofía corporativa imperante es la
integración total al resto de las direcciones empresariales. En el nuevo
contexto le corresponde trabajar en conjunto y atendiendo cabalmente los valores,
principios, misión y visión de las organizaciones para poder diseñar sus
estrategias.
Y es que todo cuanto decidan, cualquier
estrategia que implementen, debe tomar en cuenta y acoplarse al trabajo y labor
del resto de los departamentos de la empresa. Hablamos, pues, de visiones
globales, de conjunto, de políticas que afectan tanto a los altos niveles
corporativos como al personal de los planos inferiores.
En lo referente a la gestión del talento,
los profesionales del área de los recursos humanos ahora deben trascender al
mero trabajo de seleccionar y contratar personal. Es preciso que se aboquen al
diseño de estrategias que propicien el desarrollo y potenciación del talento
que ya integra las organizaciones.
Del mismo modo, corresponde al nuevo
especialista en recursos humanos diseñar planes de desarrollo profesional, pues
los trabajadores son una inversión, el mayor y mejor de los activos de toda
organización y por ello hay que atenderlo con esmero. Parte de esas atenciones
pasa por ofrecerles alternativas de promoción interna, otorgarle incentivos y
oportunidades de mejoramiento y formación profesional.
Por último, corresponde al área de recursos
humanos ampliar los criterios de rendimiento, el cual ya no debe ser visto como
una mera cuestión de números, sino que supone motivación, comunicación y liderazgo,
entre otras.
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