Por Raúl Gorrín.- Prácticamente toda la comunicación que se
desarrolla en la actualidad ocurre por vía online.
Las posibilidades que la tecnología pone a disposición del
hombre, la aparición de diversos positivos móviles, la ampliación y mayor
cobertura del mundo web, han abierto un amplio ramillete que permiten al hombre
emitir mensajes y recibirlos desde casi todos los sitios en los que se
encuentre.
¡Buenísimo!
O no tanto, pues a la par de la ampliación de las vías de
comunicación online se han creado una serie de hábitos o costumbres que afectan
el intercambio, pues los mensajes no se alinean con la audiencia y esto
disminuye la efectividad de las comunicaciones.
¿Cuáles son estos hábitos negativos?
1. La sordera de tono.
¿Qué quiere decir esto? Pues la imposibilidad que algunos
medios tienen para expresar el tono, la intención con la que se emiten los
mensajes. Un claro ejemplo de ello es el correo electrónico donde es imposible
percibir cuál es el propósito de algunos mensajes y entonces se producen los
malentendidos.
La concisión de algunas respuestas puede entenderse
fácilmente como el deseo de cortar la comunicación, de no querer hablar con
alguien o no tener deseo de tratar un asunto determinado, cuando la razón de
haberlo emitido dista muchísimo de ello.
Es por esto que es necesario tomarse unos minutos extras
antes de enviar alguna respuesta a una solicitud, de manera que de captar la
presencia una intención que no está planteada al momento de escribir los
mensajes.
A veces un saludo cordial o una despedida afectuosa pueden
ser suficiente para cambiar el tono de las comunicaciones.
Un simple “gracias” puede ahorrarle muchas incomodidades.
2. La enfermedad promocional.
Esto tiene que ver con el exceso de mensajes —twitts, post,
publicaciones— en los que el tema es siempre la persona que los emite. El
efecto que esto puede ocasionar es que se llegue a pensar que lo realmente
importante para el emisor es alimentar su ego.
El “yoismo” exagerado puede ser altamente pedante y puede
alejar a muchos de sus seguidores.
Lo recomendable es una proporción de uno a seis en mensajes
de autopromoción.
Hay que asegurarse de que los mensajes de correo electrónico
ofrezcan algo interesante para los receptores.
Promocionar a otros y sus contenidos también es
recomendable.
3. El estado mental negativo.
Aquí queremos que advertir de aquellas personas que no
pierden oportunidad de ninguna especie, entre ellas los mensajes, post, twitts,
etc., para quejarse absolutamente por todo. Esto afecta su imagen.
Piense muy bien cada mensaje emitido, evite el excesivo
personalismo y la negatividad permanente.
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