Por Raúl
Gorrín.- Los empresarios tienen que equilibrar las necesidades de su estrategia
de negocio con las personales y esto puede llevarles a sentirse abrumados en
algunas ocasiones. Un
estudio reciente de una conocida universidad de EE. UU demostró que el
bienestar psicológico de un empresario está directamente afectado por su
mecanismo para hacerle frente al estrés, ya sea que se haga cargo de la
situación de forma inmediata o que la evite al menos por un corto espacio de
tiempo.
Centrarnos
en el presente :
Cuando
las cosas empiecen a acumularse, no debemos asustarnos. Seamos consciente del
momento en el que nos encontremos. La ansiedad y el estrés en los empresarios
suele deberse a pensar demasiado en el futuro. Centrarse en el presente puede
darnos un respiro en cuanto a esos pensamientos y preocupaciones que nos causan
ansiedad.
Escojamos
nuestras prioridades :
No
importa el talento o la motivación, es imposible hacerlo todo a la vez y
tenemos que dejar de insistir en ello. La mejor manera de salir de una
situación abrumadora es escoger nuestras prioridades y centrarnos en ellas.
Priorizar es difícil para muchos empresarios, porque todo parece importante a
simple vista, pero no es así. Siempre es posible priorizar, sólo hay que
centrarse un poco para hacerlo.
Nuestras
preocupaciones en la vida se dividen entre bolas de cristal y de caucho. Las
primeras se rompen al caer y se corresponden con cuestiones como las relaciones
personales o la salud; las segundas rebotan y el trabajo es una de ellas. El
trabajo puede esperar, tu salud y tu familia no, no las dejemos caer. La clave
es saber de qué material es la bola que encierra cada una de nuestras
preocupaciones. Definamos claramente las prioridades ayuda a manejarnos mejor
hasta en la más estresante de las situaciones.
Aceptemos
la imperfección :
La
perfección es una meta inalcanzable, y cualquiera que piense lo contrario vive
engañado. Es mucho mejor reconocer que vivimos en un mundo imperfecto y que a
veces lo mejor es lo suficientemente bueno. Esto se aplica tanto a la vida laboral
como a la personal. A veces, es mejor dejar las tareas domésticas para jugar
con nuestro hijo o renunciar al control total sobre un proyecto y delegar.
Aprender
a aceptar la imperfección nos permite seguir hacia delante y no frustrarnos y
eso es precisamente lo que hay que hacer cuando nos sintamos abrumados. Todo el
mundo se siente sobrepasado de vez en cuando, pero estas situaciones no tienen
por qué conducirnos a la ansiedad o a un estrés excesivo. Y con este paso y los
tres anteriores, deberían ayudarnos para controlar el estrés, si no, debemos
preocuparte y vigilar que no se convierta en un problema de ansiedad más serio.
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