Por Raúl Gorrín.- Por reputación se entiende tanto la fama
como la opinión que sobre alguien o algo tienen las personas. Entretanto, para
las empresas, la reputación, diremos que es fundamental y clave para alcanzar
el éxito.
Contar con una buena o mala reputación será determinante
para las marcas, pues esta valoración privará en la construcción de la imagen
de la organización.
La reputación empresarial guarda mucha relación con la ciudadanía
corporativa o Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Y es que una empresa
socialmente responsable será similar a una buena persona o a un buen ciudadano
corporativo, en virtud de que cumple con sus deberes económicos, sociales y
ambientales.
Los especialistas en Responsabilidad Social Empresarial
entienden la reputación como la opinión que tienen los grupos de interés sobre
las organizaciones. Para muchos existe una estrecha entre la reputación
empresarial y la responsabilidad social, siendo que la una no puede darse sin
la otra, sin que por ello, atención, signifique que se confundan ambos
conceptos.
La RSE es algo necesario pero no suficiente para la
reputación, pues una empresa que tenga buena reputación debe ser socialmente
responsable, sin que la RSE baste para que la buena reputación se produzca.
Y es que la reputación exige, además de la RSE, de otras
condiciones o variables, las cuales precisamente serán las que permitirán medirla
en la práctica.
Entre las variables aceptadas internacionalmente
tenemos: La oferta comercial o de bienes
y servicios; el liderazgo que exige contar con personas con buena reputación;
el gobierno corporativo el cual tiene que ver con los valores éticos y la sana
administración del negocio; la ciudadanía corporativa; la calidad laboral; la
innovación, los resultados económicos que deben reflejarse en el balance
financiero.
Y si bien la reputación no es algo que figure en los
balances empresariales, tiene un peso fundamental a la hora de valorar a las
organizaciones. Incluso, para algunas empresas es el mayor activo, mayor aún
que sus maquinarias y equipos. El precio con que se han vendido muchas empresas
y corporaciones tiene que ver más con su reputación y prestigio que con el
costo de su infraestructura.
Las empresas pueden tener grandes ganancias gracias a su
reputación, pero también una mala reputación puede ser la causa de grandes
pérdidas o la quiebra de algunas organizaciones.
Cuando la calidad de los productos y/o servicios de una
organización no se compadecen con su reputación, estamos en presencia de
empresas con una falsa reputación, pues a pesar de tener mucho prestigio, lo
que producen dista mucho de tener una buena calidad.
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