Por Raúl Gorrín.- Por lo general se trata de los
emprendedores de segunda o tercera generación que se desempeñan en el negocio
familiar y, bien porque tratan de redondearse otros ingresos, porque quieren
desarrollar su propia idea de negocio, o sencillamente porque no se pueden
estar tranquilos y necesitan estar siempre generando cosas nuevas, trabajan a
la par en otras actividades.
Así desarrollan esta infidelidad con la organización que
fundaron sus abuelos o sus padres.
Tienen que redondearse un dinerillo extra y hacen trabajos freelance.
Llevan lo de emprendedor en las venas, pero el negocio
familiar no los satisface del todo y quieren desarrollar su propia idea de
negocio y, entretanto se hacen de un capital, trabajan junto a su grupo
familiar y al mismo tiempo hacen otras actividades que les generen ingresos
para ir sacando a flote su proyecto.
Otra forma de infidelidad es cuando aceptan asesoría externa
a la familiar que los aconseja a diversificar el negocio, a darle otra
orientación a la planteada inicialmente, desarrollar nuevos conceptos de
productos y/o servicios.
La infidelidad se manifiesta a veces con las crisis
económicas, cuando los ingresos merman a tal grado que se piensa en tirar la
toalla y cerrar el negocio que fundaron los abuelos o padres.
El emprendedor se hace infiel cuando lo dice sí a quien le
propone colaborar en otro proyecto y divide su tiempo, sus ideas, su
habilidades en pro de ambos negocios.
Siempre que se decide correr el riesgo con una nueva idea se
es de alguna manera infiel al proyecto familiar.
El emprendedor es inquieto por naturaleza, sobre todo en
tiempos de juventud, cuando revolotean las ideas una tras otra en la cabeza y
en el corazón. Así, de alguna manera se es infiel cuando se van poniendo manos
a la obra en cada uno de estos nuevos proyectos y se van conformando nuevos
equipos de trabajo.
Es una inquietud nata, es imposible hacer parar la mente y
el corazón. Y aunque al negocio familiar se le tiene mucho aprecio o a ese primer
emprendimiento con el que se inició hace años que, dicho sea de paso, funciona
viento en popa y es un orgullo para usted, es necesario seguir creando, se lo
grita la sangre, no puede parar.
Lo importante es serse fiel a sí mismo y a la naturaleza
emprendedora.
Es perfectamente viable y lícito darle entrada a nuevas
ideas y proyectos.
Lo importante es conformar buenos equipos y seguir al
pendiente de que estos marchen correctamente y de acuerdo a sus directrices.
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