Por Raúl Gorrín.- Los modelos extremistas en política y
economía fracasaron rotundamente y dieron paso a una nueva generación de
emprendedores que entienden que el éxito empresarial debe ir acompañado de
políticas sociales que beneficien a todos.
Así, el compromiso empresarial ya no sólo apunta a alcanzar
ganancias y beneficios para el empresario, sino que estos se deben compartir
con quienes se constituyen como los principales colaboradores de toda empresa:
los trabajadores.
El nuevo liderazgo se dirige al bien común sin desestimar la
ganancia y el rédito económico, aunque existan ejemplos que van más allá, como
es el caso de Bill Gates cuyo legado no será para sus descendientes sino para
fundaciones que trabajan por el bien común, por la sociedad. Su compromiso con
la energía limpia es un claro ejemplo del nuevo humanismo empresarial.
Este modelo de empresa se caracteriza por trabajar
incansablemente para alcanzar sus objetivos y metas.
Asimismo, soñar con el éxito es una norma que rige en el
seno de las empresas humanistas pero no se circunscribe únicamente a los
propietarios, sino que es una filosofía de la que se hace participe todo el
personal.
Impera la independencia, pues se estima que todas las partes
deben alcanzar su desarrollo y juntos deben luchar por el éxito común.
Hay que enfocarse en los clientes para servirles con
eficiencia, eficacia y efectividad pues son el nervio central de las empresas.
En el seno de las empresas humanistas debe imperar la
sencillez, tanto como característica de las personas, como en el propósito de
que las decisiones a adoptar sean igualmente sencillas. Se cree que la
sencillez beneficia a la empresa y a la sociedad en general.
El trabajo en equipo donde todos participan y aportan es la
norma.
El cuidado del gasto, pues hay conciencia de que el
despilfarro de los recursos no conduce a ninguna parte, sólo al fracaso.
Capacidad de adaptación es una característica que deben
tener tanto los líderes como los integrantes de los equipos de trabajo. Hay que
saber adaptarse tanto a las circunstancias como a los cambios que la nueva
sociedad plantea.
Los empresarios humanistas deben trabajar enconadamente para
potenciar el éxito que beneficie a la organización y a la sociedad, algo que es
posible pues se tiene claridad consciencia de que el centro de todo es el
hombre, llámese empresario, trabajador, proveedor o cliente.
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