Por Raúl Gorrín.- Creo
en las reuniones grupales, conformadas por equipos de trabajo a quienes les he
delegado una función importante dentro de las empresas que lidero.
Considero que en
cualquier trabajo las reuniones son importantes ya que conectan al trabajador con
la dirección de la empresa, estableciendo una comunicación de reciprocidad
entre ambos.
Si nos centramos en la pregunta ¿Qué tipo de
reunión es la más conveniente?, la respuesta dependerá del objetivo principal
que se pretende alcanzar. Si éste no existiera, o estuviera mal planteado,
podría producirse la situación de que cada partícipe ‘hiciera la guerra por su
cuenta’, es decir, que asumiera metas diferentes.
Los problemas más
frecuentes que se suelen dar, una vez enfocado el tipo de reunión, son: falta
de objetivos; comienzo después de la hora prevista; salirse del tema y no
respetar el orden del día; inadecuada preparación; reuniones excesivamente
largas; falta de control; falta de eficacia en la toma de decisiones, etc.
El coordinador de la
reunión deberá tener, de cara a solventarlos, una actitud basada más en el
tacto personal que en la autoridad. Por eso, para que el éxito final se corone,
deberá crear las condiciones propicias. Igual de valioso será que, de manera
previa, ate (y bien atado) todos los aspectos organizativos. De esta manera no
habrá una reunión anárquica, dispersa e imprevista.
Recordemos
que el trabajar aislados del resto de nuestros compañeros nada bueno nos puede
traer. El trabajo en equipo es la base fundamental para la consolidación y el
éxito de un proyecto, y una herramienta valiosísima en una empresa que quiera
alcanzar los mejores resultados y el logro cabal de todos sus objetivos, sin
olvidar que con esto se da una integración de ideas, propósitos y metas
organizacionales.
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SÍGUEME..
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