Por Raúl Gorrín.- La labor a desarrollar en toda empresa,
sea del tamaño que sea, pequeña, mediana o grande, no puede estar en manos de
una sola persona —tarea imposible—, tampoco los gerentes o directores están para
llevar a cabo todas y cada uno de los trabajos, no, de ninguna manera. A ellos
sólo les corresponde el diseño, la programación y la supervisión de la faena.
Sin embargo, esto no lo parecen asimilar aun los cuadros
directivos de muchas organizaciones, que pretenden estar en todas y al final
resulta que no están en ninguna dentro de las empresas y emprendimientos.
Es fundamental que los directores y gerentes comprendan que
tienen que delegar funciones y responsabilidades. Para eso está el personal
subalterno.
A los propietarios, cuadros directivos y administrativos
sólo le corresponde delinear las políticas y la planificación, definir objetivo
y metas, distribuir las tareas.
Delegar es otorgar responsabilidades y autoridad a personas
ubicadas en cargos subordinados, de manera que estas personas tengan libertad de
desarrollar la asignación de acuerdo a cómo lo estimen más conveniente. Lo que
importa no es cómo lo hagan sino que esos subalternos lleven a cabo la labor
encomendada y cumplan con los objetivos y metas que se le indiquen, claro está,
siempre que procedan por medios lícitos.
Ahora bien, corresponde a los directores de recursos humanos
hacer entender a encargados de cada área de la organización, la importancia de
la delegación de funciones, la cual se impone como una necesidad, pues ello
permitirá que se activen los distintos procesos de manera efectiva y con la
mayor productividad y rendimiento.
Recursos humanos sabe, igualmente, que la delegación de
funciones actúa como factor de motivación, como un incentivo valiosísimo para
el personal de la empresa o emprendimiento.
Entre las principales excusas que los gerentes exponen para
no delegar, está la falta de confianza en sus equipos de trabajo y la falta de
tiempo para capacitar adecuadamente a los empleados a su cargo. Malas
experiencias en el pasado también tienen mucho peso a la hora de que los
directivos se nieguen a dejar en manos de otros las tareas que se encomiendan a
sus departamentos.
También la falta de autoestima y el miedo a ser superados
por sus subalternos lleva a muchos directivos a abstenerse de delegar
funciones.
Tendrá el gerente o director de recursos humanos que hacer
entender a este tipo de ejecutivos que sólo delegando funciones dispondrá de
mayor tiempo para concentrarse en las tareas que realmente aportarán mayor
valor a la organización.
Igualmente corresponde a recursos humanos orientar a estos
gerentes acerca de cómo deben llevar a cabo la delegación de funciones de
manera correcta.
En tal sentido, el departamento de RRHH debe hacer un
conjunto de sugerencias que pueden contemplar, en primer lugar, qué delegar y
qué no debe ser delegado. Para esto hay que confeccionar un listado de aquellas
tareas que son prioritarias, tiempos de ejecución, resultados esperados. Esto
puede en los primeros momentos llevarle mucho tiempo, pero luego, una vez las
tareas estén en manos subalternas, quien delega dispondrá de horarios más
cómodos para llevar a cabo las labores de diseño, programación y supervisión
que le corresponden.
El área de RRHH puede guiar a los gerentes en el proceso de
seleccionar a los colaboradores más idóneos para realizar las labores que serán
delegadas. Se tendrá que tomar en cuenta la capacidad, experiencia, formación
que acredite a los subalternos escogidos como las personas adecuadas para
asumir la responsabilidad.
Se deben establecer los tiempos en que se tienen que
desarrollar las tareas delegadas, así como un plan de evaluación del trabajo
desarrollado para determinar que el trabajo efectivamente se lleva a cabo de acuerdo
a la planificación establecida.
La dirección de recursos humanos debe instaurar como
política la promoción permanente de la delegación de funciones dentro de la
empresa.
Visita también:
SÍGUEME..
No hay comentarios:
Publicar un comentario