jueves, 16 de febrero de 2017

Enfrentando las responsabilidades laborales



Por Raúl Gorrín.- Tener un empleo es una bendición, sobre todo en tiempos de crisis económica global como las que se padece hoy día en el mundo entero. Pero también, obviamente, es una responsabilidad. Hay que responder a quien depositó su confianza en nosotros para llevar a cabo determinado función.

Sin embargo, en no pocas organizaciones pareciera no haber claridad con respecto a las responsabilidades y funciones específicas que debe cumplir cada trabajador. Se solapan muchas veces las funciones de un puesto con el otro y, por ende, las responsabilidades que cada uno debe cumplir.

Horas interminables de reuniones en el seno de las empresas y emprendimientos y sus direcciones de recursos humanos tratando de definir quién hace qué y al final decenas de tareas quedan a medio concluir, no se concluyen a tiempo o simplemente quedan mal hechas.

El asunto se ha vuelto estructural por cuanto estas cientos de horas de reuniones parece que no conducen a ninguna parte pues las indefiniciones continúan porque los directivos de las organizaciones no terminan de ponerse de acuerdo en lo que respecta a las funciones de cada puesto de trabajo. 

Funciones diluidas en varios puestos de trabajo que al final traen como consecuencia que nadie asuma la absoluta responsabilidad de las tareas.

La consecuencia es menos productividad y, por supuesto, menos rentabilidad.

Pareciera que nadie se ha detenido a leer las decenas de libros que existen sobre administración de empresas en los que se indica cómo crear un manual de procedimiento.

Esta, aunque no lo crean, es la solución a este serio problema, pues allí se establece con claridad cuáles son los diversos puestos de trabajo que debe tener cada empresa y cuáles son las funciones de cada cargo. Igualmente, se determinan las capacidades y aptitudes con que deben contar las personas que los ocupen.

Siguiendo al dedillo las indicaciones del manual de procedimiento es imposible equivocarse, se definen claramente las funciones de cada puesto de trabajo y el perfil de quien debe ocupar dicha posición.

Esto evita la duplicación de tareas y las confusiones en los departamentos de recursos humanos.
Igualmente, se evitan los dobles discursos ocurridos al momento en las contrataciones del personal en donde se prometen villas y castillos que luego no se concretan. Los manuales de procedimientos impiden este tipo de situaciones.

Por tanto, le invitamos a desarrollar el manual de procedimientos de su empresa o emprendimiento en caso de que no lo haya elaborado. Esto le ahorrará tiempo, dinero y malos ratos que únicamente se traducen en improductividad y falta de rentabilidad.


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