Por Raúl Gorrín.- La mejor idea de negocio, el mejor
proyecto, el plan más ingenioso, están condenados al fracaso si no están
acompañados de un emprendedor entusiasta y dispuesto a darlo todo y a
arriesgarse por sacar a flote la empresa con la que siempre ha soñado. Pero un
mal parece haberse instaurado en la sociedad de los últimos años, cuyos
síntomas vemos a diario ponerse de manifiesto, especialmente en las redes
sociales: el pensamiento negativo.
La negatividad en el ser humano parece ser un mal contagioso
y una de sus vías para expandirse son la referidas redes sociales que surgieron
tras la aparición de internet en la escena mundial.
Todos los conocemos, los negativos son esos seres que
avanzan por el mundo poniéndole peros a todo, buscándole la quita pata al gato,
descifrando donde está el lado malo de toda idea o propuesta.
El pensamiento negativo es un freno, una piedra de tranca de
enorme magnitud para cualquier modelo de negocio por más creativo e ingenioso
que este sea.
El escepticismo parece haberse apoderado del espíritu
emprendedor, especialmente de los más jóvenes, por lo que es menester actuar lo
antes posible para contrarrestar esta tendencia.
Los bancos y los inversionistas están aguardando por gente
que se mueva, que dinamice la economía a través de sus propuestas de negocio,
pues son ellos los que le permitirán incrementar sus capitales.
Existen miles de necesidades en el mundo que sólo están
aguardando por alguien dispuesto a encontrar una manera de satisfacerlas, de
emprendedores con el vigor y energía necesarios para poner en funcionamiento
las soluciones que requiere el mundo.
El pensamiento negativo no conduce a ninguna parte, bueno
sí, al fracaso y a la frustración que invade a quien no intenta ni procura
nada, de quien no se arriesga a hacer realidad sus ideas.
Por tanto, evite el pensamiento negativo a como dé lugar,
evádalo y aléjese de quienes lo propagan por aquí y por allá.
Rodéese de gente que sume y no que reste, de personas que le
inyecten entusiasmo y lo conminen a hacer sus sueños realidad.
Hágase acompañar de gente que le aporte y a quien usted
también pueda aportar. El entusiasmo también es contagioso.
¡Adelante!
¡Ponga sus ideas en funcionamiento!
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