martes, 2 de mayo de 2017

Líder humanista: Corazón y sensibilidad social






Por Raúl Gorrín.- En el contexto del humanismo empresarial el centro lo ocupa el ser humano, el hombre del día a día, objetivo principalísimo de quienes ostentan el liderazgo. 

Es decir, hablamos de una corriente en la que el liderazgo se ejerce desde las personas y se dirige igualmente hacia las personas. Algo sencillo de exponer pero difícil de implementar, aunque no imposible. Esa es la esencia del liderazgo humanista.

El líder humanista entiende la empresa como una comunidad de personas y, en tal sentido, las personas también serán su referente fundamental, llámense éstas clientes, trabajadores o proveedores.

La actividad empresarial no debe circunscribirse únicamente al objetivo de alcanzar la rentabilidad, sino que el empresario humanista debe incorporar al mundo de los negocios las motivaciones y estrategias del mundo de la filantropía. Las organizaciones tienen que estar impregnadas de sensibilidad hacia lo que ocurre en el entorno social.

Afortunadamente cada vez hay más ejemplos humanistas en el ámbito empresarial y las organizaciones se están transformando en medios en los que la vida, el ser humano se coloca en el centro. Igualmente, la ética empresarial, la iniciativa social y el compromiso social de los emprendedores se profundizan cada día y se convierten en la impronta que caracteriza la gestión organizacional.

El empresario humanista lleva a cabo una gestión que apunta hacia el cambio social y para ello se valen de métodos comerciales para alcanzar objetivos sociales, pues están regidos por un plan de negocio igualmente humanista. Estamos por tanto asistiendo a un proceso de reorganización estratégica de las empresas tradicionales para dar paso a organizaciones que sirven al hombre y atienden sus necesidades auténticas.

Cuando el humanismo opera en las actividades económicas las empresas adquieren una nueva dimensión en la que anteponen a las personas, así el beneficio alcanza a todos y los empleados adquieren mayor compromiso y se sienten más motivados para participar de una actividad productiva en la que todos salen ganando.

Vemos cómo opera un cambio real con miras hacia un entorno empresarial más humano donde los negocios se transforman y dicho cambio se patentiza en las personas, en las organizaciones y en los sistemas.

El empresario humanista entiende los negocios como agentes propulsores del cambio social.


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