Por Raúl Gorrín.- En el contexto del humanismo empresarial
el centro lo ocupa el ser humano, el hombre del día a día, objetivo
principalísimo de quienes ostentan el liderazgo.
Es decir, hablamos de una corriente en la que el liderazgo
se ejerce desde las personas y se dirige igualmente hacia las personas. Algo
sencillo de exponer pero difícil de implementar, aunque no imposible. Esa es la
esencia del liderazgo humanista.
El líder humanista entiende la empresa como una comunidad de
personas y, en tal sentido, las personas también serán su referente
fundamental, llámense éstas clientes, trabajadores o proveedores.
La actividad empresarial no debe circunscribirse únicamente
al objetivo de alcanzar la rentabilidad, sino que el empresario humanista debe
incorporar al mundo de los negocios las motivaciones y estrategias del mundo de
la filantropía. Las organizaciones tienen que estar impregnadas de sensibilidad
hacia lo que ocurre en el entorno social.
Afortunadamente cada vez hay más ejemplos humanistas en el
ámbito empresarial y las organizaciones se están transformando en medios en los
que la vida, el ser humano se coloca en el centro. Igualmente, la ética empresarial,
la iniciativa social y el compromiso social de los emprendedores se profundizan
cada día y se convierten en la impronta que caracteriza la gestión
organizacional.
El empresario humanista lleva a cabo una gestión que apunta
hacia el cambio social y para ello se valen de métodos comerciales para
alcanzar objetivos sociales, pues están regidos por un plan de negocio igualmente
humanista. Estamos por tanto asistiendo a un proceso de reorganización estratégica
de las empresas tradicionales para dar paso a organizaciones que sirven al
hombre y atienden sus necesidades auténticas.
Cuando el humanismo opera en las actividades económicas las
empresas adquieren una nueva dimensión en la que anteponen a las personas, así
el beneficio alcanza a todos y los empleados adquieren mayor compromiso y se
sienten más motivados para participar de una actividad productiva en la que
todos salen ganando.
Vemos cómo opera un cambio real con miras hacia un entorno
empresarial más humano donde los negocios se transforman y dicho cambio se
patentiza en las personas, en las organizaciones y en los sistemas.
El empresario humanista entiende los negocios como agentes
propulsores del cambio social.
Visita también:
SÍGUEME..
No hay comentarios:
Publicar un comentario