miércoles, 12 de abril de 2017

Cuando el emprendedor le es infiel a su propio negocio






Por Raúl Gorrín.- Por lo general se trata de los emprendedores de segunda o tercera generación que se desempeñan en el negocio familiar y, bien porque tratan de redondearse otros ingresos, porque quieren desarrollar su propia idea de negocio, o sencillamente porque no se pueden estar tranquilos y necesitan estar siempre generando cosas nuevas, trabajan a la par en otras actividades.

Así desarrollan esta infidelidad con la organización que fundaron sus abuelos o sus padres.
Tienen que redondearse un dinerillo extra y hacen trabajos freelance.

Llevan lo de emprendedor en las venas, pero el negocio familiar no los satisface del todo y quieren desarrollar su propia idea de negocio y, entretanto se hacen de un capital, trabajan junto a su grupo familiar y al mismo tiempo hacen otras actividades que les generen ingresos para ir sacando a flote su proyecto.

Otra forma de infidelidad es cuando aceptan asesoría externa a la familiar que los aconseja a diversificar el negocio, a darle otra orientación a la planteada inicialmente, desarrollar nuevos conceptos de productos y/o servicios.

La infidelidad se manifiesta a veces con las crisis económicas, cuando los ingresos merman a tal grado que se piensa en tirar la toalla y cerrar el negocio que fundaron los abuelos o padres.

El emprendedor se hace infiel cuando lo dice sí a quien le propone colaborar en otro proyecto y divide su tiempo, sus ideas, su habilidades en pro de ambos negocios.

Siempre que se decide correr el riesgo con una nueva idea se es de alguna manera infiel al proyecto familiar.

El emprendedor es inquieto por naturaleza, sobre todo en tiempos de juventud, cuando revolotean las ideas una tras otra en la cabeza y en el corazón. Así, de alguna manera se es infiel cuando se van poniendo manos a la obra en cada uno de estos nuevos proyectos y se van conformando nuevos equipos de trabajo.

Es una inquietud nata, es imposible hacer parar la mente y el corazón. Y aunque al negocio familiar se le tiene mucho aprecio o a ese primer emprendimiento con el que se inició hace años que, dicho sea de paso, funciona viento en popa y es un orgullo para usted, es necesario seguir creando, se lo grita la sangre, no puede parar.

Lo importante es serse fiel a sí mismo y a la naturaleza emprendedora.

Es perfectamente viable y lícito darle entrada a nuevas ideas y proyectos. 

Lo importante es conformar buenos equipos y seguir al pendiente de que estos marchen correctamente y de acuerdo a sus directrices. 



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