Por Raúl Gorrín.- En los centros de trabajo pasamos gran
parte del día compartiendo la jornada con un grupo de personas con los que, por
tanto, hay que mantener la mejor de las relaciones.
Entre los integrantes de los equipos de trabajo, la
cordialidad, la amabilidad, el buen trato y el compañerismo, son la fórmula
perfecta para que esas largas horas se vuelvan gratas y sean una invitación
para volver con entusiasmo al otro día a nuestro lugar de labores.
El compañerismo es una virtud que debe fomentarse en el ser
humano desde los primeros años, en la educación temprana que se recibe, primero
en el hogar y luego en la escuela.
Estamos hablando de un valor fundamental que no atiende, ni
entiende, menudencias como la raza, credo, colores o ideologías. Ante el afecto
nada de eso tiene peso y la camaradería se vuelve un deseo desinteresado que
nos genera bienestar, placer, paz.
El compañero, el amigo, es a quien ofrecemos y nos ofrece su
apoyo en circunstancias difíciles, quien con una sonrisa y una simple palmada
en el hombro nos levanta el ánimo y nos impulsa a seguir adelante aun cuando
estamos padeciendo una gran pena.
Es un asunto instintivo característico de los seres humanos,
quienes desde niños buscan compenetrarse con sus pares, con aquellos que le son
afines, con las personas con que se tienen motivaciones comunes y los mismos
intereses y gustos.
Pero también el compañerismo surge con quien es
complementario, con el que respetuosa y afectuosamente es capaz de decirle que
usted estad equivocado o quien le expondrá puntos de vista absolutamente
opuestos a los suyos.
Son relaciones surgidas de las diferencias, pero que se
mantienen en el terreno de la tolerancia, el respeto, la convivencia.
En los equipos de trabajo seguramente habrá personalidades
de diferente naturaleza y con distintos intereses, pero unidos por el objetivo
común de producir en beneficio de la empresa y del trabajador mismo.
De que el ambiente sea llevadero, cordial, agradable,
depende en buena medida el éxito de la gestión. Por eso todos deben remar en un
mismo sentido y procurar el buen trato y la disposición a colaborar y al apoyo
mutuo.
Se trata de un grupo con el toca pasar la tercera parte del
día y, por tanto, con quien es necesario tener un buen trato.
Fomentar el compañerismo entre los integrantes de los
equipos de trabajo y empleados en general, debe ser un objetivo fundamental de
todo líder.
En aras de tener éxito en este cometido haga sólo críticas
constructivas destinadas a solucionar y no a generar más conflictos; aprenda a
escuchar a los demás y tome en cuenta las opiniones de los otros; respete los
espacios y los puntos de vista de los otros así contradigan a los suyos; sea
amable, cordial, trate a sus compañeros como le gusta ser tratado usted;
comparta lo que sabe, ayude a quienes le acompañan. Recuerde que mañana la mano
se la pueden tender a usted también.
Visita también:
SÍGUEME..
No hay comentarios:
Publicar un comentario