Por Raúl Gorrìn.- Cuando una empresa o emprendimiento y un
trabajador llegan a un acuerdo respecto a la prestación de servicios de este
último en el seno de la organización, suscriben lo que se conoce como el contrato
de prestación de servicios, el cual contempla las pautas que regirán la
relación entre ambas partes.
En este acuerdo, trabajador y empresa se comprometen a dar
fiel cumplimiento a los términos del mismo.
El trabajador establece el compromiso de llevar a cabo una
labor específica de acuerdo a sus capacidades, conocimientos y experiencia.
Entretanto, la organización promete remunerar al trabajador
con un sueldo acordado previamente y a brindar cualquier otro beneficio que
hayan establecido al momento de negociar el contrato.
El contrato de prestación de servicios plantea el
intercambio, no de bienes materiales o tangibles, sino de un servicio o bien
intangible.
Los términos del contrato de prestación de servicios deben
estar ajustados a lo establecido en la legislación del país en el que se
suscribe el acuerdo.
Los contratos de prestación de servicios solamente serán
válidos cuando estén firmados por las dos partes y bajo ningún concepto pueden
ser unilaterales.
Los componentes básicos del contrato de prestación de
servicios se pueden suscribir entre dos personas naturales o físicas, entre una
persona natural o física y una jurídica, o entre dos personas jurídicas.
Al momento de formalizarse un contrato de prestación de
servicios las partes deben identificarse con datos reales y verídicos, siendo
que en caso de ser representantes de una organización, tal condición debe
quedar claramente establecida.
Igualmente debe establecerse el servicio prestado, lo cual
viene a ser el centro neurálgico del contrato. Debe detallarse con precisión en
qué consiste el servicio inmaterial.
Del mismo modo, es preciso fijar la duración del servicio,
es decir, el tiempo que tomará la prestación del servicio
También debe contemplar las condiciones de la prestación del
servicio, así como las pautas o criterios que privarán en caso de que surjan
imprevistos o haya coyunturas que alteren los términos del contrato. La manera
de dirimir las diferencias debe quedar establecida en el contrato.
El contrato de prestación de servicios comprende una serie
de cláusulas que regulan la relación, como por ejemplo las penalizaciones o
multas en las que puedan incurrir las partes si incumplen sus compromisos.
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