Por Raúl Gorrín.- Ya hemos dicho que la felicidad es
importante para el ser humano y también para las organizaciones, pero hoy
queremos agregar que estudios realizados en la Universidad de Harvard han
determinado que la felicidad es clave para que las personas sean más
productivas.
Ser feliz, según estas investigaciones, lleva a que los
niveles de productividad de las persona en su ámbito social se incrementen y,
derivado de esto, contribuya a su progreso individual. Los hallazgos son tan
contundentes que se llega a sostener que los trabajadores son más felices por
estar en un buen entorno laboral que por recibir un aumento de sueldo.
Así que para los científicos y especialistas no hay lugar
para las dudas: Para que haya más productividad en las organizaciones, sus
trabajadores deben ser personas felices.
Lo malo es que otros sondeos señalan que la realidad en las
empresas es que en ellas opera permanentemente una insatisfacción personal en
sus trabajadores.
Literatura sobre la materia refiere que existe una relación
estrecha entre el ser feliz con el tener. Esto no debe entenderse desde la
perspectiva materialista sino en el sentido de que el reencuentro personal pasa
por el disfrute de la conexión con lo más preciado que cada quien tiene. Esto
les permite a las personas encontrar tranquilidad, felicidad y más
productividad.
Las personas deben enamorarse de su propia historia,
disfrutarla, emocionarse con sus circunstancias.
El problema ocurre cuando a
todo cuanto nos acontece se le quiere encontrar un por qué y aparecen entonces
los trasfondos negativos que se le adjudican a cada hecho de nuestras vidas.
Entonces el ser humano comienza a dejar de ser feliz pues se malgasta la
energía en asuntos que carece de verdadera relevancia.
Los seres humanos deben limpiar su vida interior para así
superar los conflictos y poder canalizar las fuerzas hacia las áreas de la vida
más importantes, tales como la familia, el trabajo, la carrera, los sueños.
Psicólogos han determinado que cerebro, cuerpo y emociones
están interconectados. El cerebro y el cuerpo manejan las emociones a través de
la bioquímica.
La felicidad, dicen estos especialistas, pasa por
reencontrarnos con nuestro ser interior, algo que puede lograrse mediante una
serie de ejercicios como el saludar a todo el mundo alrededor cada mañana, pero
también a nosotros mismos. Hable consigo frente al espejo, evalúese, explórese
a sí mismo haciéndose preguntas sin perjuicio ni prejuicios.
En lo atinente a la vida laboral las personas mantienen una
constante lucha por alcanzar metas que superen a las anteriores y así
establecer una escalera en la que se sube y se sube. Hay obstáculos, pero lo
importante es superar esas cargas emocionales.
Se confunden los medios con las metas y allí vienen las
frustraciones. Hay que saber cómo vivir los sueños cuando se alcanzan, lograr
un complemento entre lo que se tiene y lo que se quiere ser. La clave de la
felicidad está en juntar el éxito empresarial con la salud emocional.
Ya hay empresas que están haciendo grandes inversiones para
crear ambientes de trabajo amenos, gratos, entretenidos. El trabajo hay que
festejarlo, disfrutarlo.
Esta inversión en los centros de trabajo redunda positivamente
en rendimiento, satisfacción, motivación, un mejor clima laboral y, por ende, en
la productividad.
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