Por Raúl Gorrín.- La personalidad parece haberse ido
desdibujando conforme pasan los años, por lo que cada vez parecemos estar
frente a una sociedad uniformada, monocorde, homogénea.
Las modas se imponen como una manera de igualar a los
individuos y que los lleva a perder precisamente eso, su individualidad, su
impronta, su marca.
La autenticidad y la originalidad cada vez son más escasas
pues ceden ante la uniformidad.
Por ello es un auténtico reto el mantener el sello personal,
el rasgo distintivo, ese cariz único que debe caracterizar a toda persona.
Así que si usted quiere sobresalir del montón, pues debe
mantener su autenticidad para poder brillar en medio de la opacidad que genera
todo aquello que es igual, parejo, en serie, uniforme, para volver a usar el
término.
¿Difícil?
Sí.
¿Imposible?
No.
Distíngase de la masa y mantenga esos rasgos que lo
caracterizan y lo hacen ser usted mismo, no una copia, un clon de un modelo
prestablecido por la moda.
La sociedad ha llegado al colmo de pretender uniformar hasta
la forma de expresión, cada vez más es posible escuchar a las personas hablar
de la misma manera.
¿Quiere usted y su negocio ser uno más del montón o quiere
destacarse en el mercado?
Lo invitamos a que apueste por lo último.
La esencia del ser humano es algo que las personas no deben
perder jamás. Ello les permitirá, además, imprimirse su sello a las
organizaciones que promuevan o de las que formen parte.
Distinguirse no debe confundirse con convertirse en un ser
arrogante, aclaramos.
Evite ser la copia de otros.
Sea siempre usted y no tema presentarse sin seguir los
patrones prestablecidos. Esto lo llevará a innovar y crear productos y/o
servicios que marquen pauta y, por tanto, tengan mayores oportunidades de tener
éxito en los mercados.
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