lunes, 15 de agosto de 2016

Raúl Gorrín: Papel de la inteligencia emocional e inteligencia social en el liderazgo

(Raúl Gorrín)Se ha establecido desde hace algunos años que la inteligencia emocional es vital para liderazgo, es decir, es uno de sus principales motores. 

 Entre las características de los líderes tenemos el auto-conocimiento; la auto-gestión; la conciencia social y el manejo de las relaciones de manera y adecuada y momentos apropiados de manera frecuente.


La inteligencia emocional ahora es asunto importante de investigación del liderazgo y que se asocia también a la inteligencia social, está definida como las “competencias interpersonales construidas en circuitos neuronales específicos (y sistemas endocrinos relacionados) que inspiran a otros a ser efectivos”. 

La inteligencia social se estima impacte en igual medida en que lo ha hecho la inteligencia emocional. (Raúl Gorrín)

Desde siempre se reconoció el arte de cultivar las relaciones interpersonales. 
Hace más o menos un siglo, el psicólogo Edward Thorndike (1920) planteó tres tipos de inteligencia, a saber, la inteligencia abstracta, la inteligencia mecánica y la inteligencia social. DE las tres, solamente la inteligencia abstracta ganó la atención de la psicología, esto luego de los fracasos de afinar y medir la inteligencia social.

Pero ahora las investigaciones apuntan a que los líderes pueden aprender a mejorar su actividad a través de desarrollo de la inteligencia emocional y la inteligencia social.

Y es que se dice que cuando los líderes muestran empatía y se sintonizan con los demás se afecta tanto la química de sus cerebros como la de sus seguidores.

Los grandes líderes mantienen un comportamiento que propicia la creación de un punto de apoyo para el sistema de interconexión cerebral, dicen los científicos, y agregan que esto implica el tipo de comportamiento social que permite reforzar los circuitos sociales del cerebro. (Raúl Gorrín)
El aprendizaje mejora la calidad del liderazgo, algo que explica la razón el que las emociones positivas incrementen el potencial de liderazgo de un individuo, las actitudes de trabajo positivo, el desempeño en equipos y grupos y los resultados económicos de la empresa a través de la biología de la empatía.

La inteligencia emocional y la inteligencia social juegan un papel importante en momentos de crisis. 

Los trabajadores a cuyo frente hay líderes con alta inteligencia social mantienen una buena salud emocional y buen desempeño en las actividades laborales. Incluso se mantienen positivo ante el estrés y mantienen el control en crisis como la que causa un despido.

Es posible medir y desarrollar la inteligencia emocional y la inteligencia social, las cuales tienen mucha utilidad en el desempeño organizacional de algunas organizaciones notables.


La inteligencia emocional y social tiene gran potencial práctico y pudieran ofrecer posibilidades de aplicación efectiva ante los retos que plantea la actual crisis mundial y para devolver el esplendor de otros tiempos a la comunidad empresarial. (Raúl Gorrín)

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