Por Raúl Gorrín. Las dificultades que existen en los mercados actualmente han generado una serie de variables que han impulsado una baja en la productividad, en el rendimiento laboral y la actividad empresarial innovadora.
La manera de revertir el panorama -según expertos- requiere de un plan de acción estratégico que permita que los empleados de la organización entiendan que existen fallas que hay que corregir. Se debe revisar los métodos que se usan para hacer el plan, para implementarlo y para evaluar la estrategia de su aplicación. No se puede permitir que exista incoherencia en los objetivos y objetivos planteadas.
Una de las principales consecuencias de la falta de rendimiento está en que más del 80 por ciento de los trabajadores asegura no estar motivado en el trabajo, debido a que muchos empleados dicen no estar en el puesto adecuado y por lo mismo no se aprovechan sus habilidades.
Las empresas deben observar la potencialidad de sus trabajadores, ya que se estima que el 84 por ciento de las organizaciones no explota el potencial humano y por lo tanto la productividad es poco rentable
Las empresas deben tener claro cuáles son sus metas y objetivos a seguir y, sobre todo, deben estar en congruencia con la actividad laboral para que los trabajadores cumplan con los planteamientos. Depende de la oficina de recursos humanos o del área administrativa fomentar los objetivos, ya sea a través de pizarras, carteles o boletines, pero siempre haciendo hincapié en las prioridades de la empresa y su repercusión a futuro.
El 75 por ciento de la jornada laboral se emplea en gestionar los objetivos, pero realmente se debe mejorar su comprensión para obtener una correcta ejecución. Una de las maneras que ayuda a evitar dispersiones es la comunicación constante.
Los trabajadores deben conocer las prioridades de la empresa, pero también saber cuál es su rendimiento en el puesto de trabajo y cuáles son las necesidades que se deben cubrir para cumplir con los objetivos planteados.
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