Por Raúl Gorrín. ¿Y quién no ha pasado por fracasos en su carrera al éxito ?. Pérdida de un trabajo, quiebra de un negocio, declararse en bancarrota. En algún momento de nuestras vidas hemos tenido la experiencia de esta naturaleza que llevan a algunos asumir actitudes derrotistas, mientras que otros, suelen superar rápidamente el evento y seguir adelante como si nada hubiese ocurrido. La diferencia entre los dos caminos para asumir un fracaso es el manejo de las emociones. Si bien está permitido abrumarse momentáneamente, o sentir miedo o tristeza, dicha sentimiento no puede alargarse en el tiempo, ya que se convertiría en un factor negativo para el resurgimiento.
Entendiendo este aspecto, pasamos entonces a comentarles sobre qué hacer luego de un fracaso. ¿ Qué hacemos para superar esa caída?. Lo primero que hay que entender es que es hay que seguir adelante. No hay otra, la vida sigue después de las quiebras, la pérdida de empleo, divorcio o bancarrota.
Las personas deben entender que el fracaso en un negocio u objetivo, no los convierte en fracasados. Hay miles de historias de empresarios exitosos que en sus inicios fracasaron en algo, y fueron capaces de seguir adelante, y asimilar la caída como parte del camino hacia el triunfo.
Seguir adelante significa tener un control de las emociones para asumir la situación que nos aqueja. Es asumir el fracaso como un principio y no como un final. Hay personas que por el simple hecho de haber fracasado ya se sienten más vulnerables y débiles. A menudo es todo lo contrario, pues puedes ser incluso más "peligroso" y efectivo, ya que tú sabes que puedes fracasar y seguir adelante.
Para superar los fracasos es necesario que las personas no personalicen ese momento. Debe entender que un emprendedor exitoso siempre tiene fracasos. Hay que superarse, no aislarse, ni perder el tiempo echándose la culpa, o auto criticándose. Todo lo contrario, hay que buscar gente que lo escuche y le inyecte entusiasmo por continuar el camino. El fracaso en ocasiones sólo es parte del proceso.
Hay que levantarse del sillón y seguir caminando, ahora con más experiencia y aprendizaje de los errores que se cometieron.
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