Por Raúl
Gorrín. Las exigencias del mercado actual obligan a las empresas a
desarrollar ventajas competitivas que les permitan
diferenciarse de la competencia, y que las lleva a alcanzar rendimientos
superiores a resto y de manera sostenible en el tiempo.
Vale
destacar que la ventajas competitivas de las empresas son las características
que luce una organización y que puede manifestarse en una buena reputación de
la imagen corporativa, una excelencia del producto, ubicación
privilegiada, política exitosa de precios y de comercialización.
Esa
diferencia debe ser única para que se convierta en una ventaja competitiva
real, ya que si esa ventaja es copiada por la competencia deja de ser una
ventaja como tal. La ventaja competitiva otorga a la empresa una posición
de monopolio parcial, en el sentido de que debe ser la única empresa que
disponga de dicha propiedad, ya sea en su producto o servicio.
Es
importante destacar además que la característica que constituya la base de la
ventaja competitiva debe ser apreciada por los consumidores o clientes de la
empresa. Es decir, no debe ser exclusivamente un elemento de diferencia sino
que debe ser un elemento que le permita que los clientes se sientan atraídos
por esa mercancía y la sigan, expresen lealtad y la prefieran a la hora de
comprar. Si una ventaja no es percibida o no es valorada por los consumidores
entonces no constituye realmente una ventaja y por tanto la empresa no logra
los beneficios.
Asimismo,
los empresarios deben entender que el mantenimiento de la ventaja competitiva
es un requisito indispensable para el mantenimiento del rendimiento. Las
ventajas competitivas tienen que ser sostenible a largo plazo, ya que de ella
depende directamente su potencial de obtención de beneficios superiores. Es por
esta razón que las empresas guardan con mucho recelo las fórmulas que hacen
únicos sus productos, ya que de no hacerlo, e incluso haciéndolo, corren el
riesgo de caer en manos de los imitaciones, que sin duda alguna se convierte en
el peor enemigo.
Algunos
aspectos en los que una empresa podría tener una ventaja competitiva son el
producto, la marca, el servicio al cliente, el proceso productivo, la
tecnología, el personal, la infraestructura, la ubicación, la distribución,
entre otros.
Existen
diversas formas de obtener una ventaja competitiva, pero las dos principales
son buscar un liderazgo en costos (una ventaja comparativa o ventaja en
costos), y buscar una diferenciación (una ventaja diferencial).
A
continuación comparto con ustedes algunas características generales que
constituyen las ventajas comparativas:
-Crear
un producto único e innovador difícil de imitar por la competencia, que le
permite diferenciarse o distinguirse de esta.
-Tener
con una marca de gran valor que le permite que cualquier producto que lance al
mercado tenga una buena acogida.
-Contar
con un proceso productivo eficiente que le permite producir los mismos
productos de la competencia, pero a un menor costo.
- Tipo
de tecnología que le permite producir productos con un mejor rendimiento que
los de la competencia.
-
Personal altamente calificado que le permite tener una alta productividad o
brindar un excelente servicio al cliente.
-
Patente que le permite explotar un determinado producto sin preocuparse porque
la competencia también lo haga.
-Sistema
de información que le permite tomar y procesar rápidamente los pedidos del
cliente, y brindar así una rápida atención.
-Ubicación
estratégica que le permite que sus clientes puedan ubicarlos y visitarlos
fácilmente, o que sus proveedores puedan abastecerse oportunamente.
-Sistema
de distribución eficiente que le permite que sus productos lleguen a varios
puntos de venta, en condiciones óptimas y en el momento oportuno.
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