Por Raúl
Gorrín. Si algo he aprendido en la vida es que para lograr los
objetivos que uno se propone hay que trabajar con determinación y crear rutinas
diarias que permitan abordar todos los detalles que envuelve nuestra meta, y no
dejarse arrastrar por las distracciones, sino enfocarse en lo que se quiere
lograr.
Hace
muchos años aprendí que las rutinas y el compromiso individual con las metas es
un factor indispensable para alcanzar los objetivos que nos proponemos. Hace
falta un régimen de autodisciplina y de compromiso para ser productivos y
eficientes.
Uno de los
problemas más frecuentes en las empresas son las distracciones. Distraerse es
muy fácil, por ello las personas suelen imponerse hábitos de disciplina rígidos
para poder acometer los planes de trabajo sin importar qué pase.
Las
personas con alta autodisciplina suelen ganarse el respeto de los demás, ya que
por lo general se convierten en el modelo a seguir, suelen ser puntuales,
cumplidores, altamente eficientes y productivos.
En el
ámbito empresarial, la mitad de las personas no llegan a las citas y reuniones
a tiempo. Los clientes se pierden de citas previamente agendadas; y los
proveedores no cumplen con las fechas límite, incluso aunque ellos mismos las
establezcan.
Cumplir
con las fechas de entrega y con los compromisos permite que destaques de entre
la multitud. La habilidad de hacer las cosas, y hacerlas bien desde la primera
vez, atraerá a buenos contactos, oportunidades y recursos.
Y la
autodisciplina aplicada a un asunto en particular literalmente tiene un poder
transformador. Cuando enfocas tu autodisciplina en un solo propósito puedes
generar grandes resultados.
Visita también:
SIGUEME..
Twitter
No hay comentarios:
Publicar un comentario