(Raúl Gorrín) El líder positivo genera
cambios también positivos en el entorno de trabajo, aun en aquellos que en
principio se muestran más hostiles. Todo depende de la visión que éste tenga de
la labor a desarrollar y, sobre todo, de la forma cómo esta debe llevarse a
cabo.
El líder
con visión positiva promueve el trabajo saludable y, por ende, la organización
igualmente saludable.
Dentro de
esta visión, alcanzar los objetivos debe ser una tarea conjunta de todo el
equipo de trabajo. Y es que buscar el rendimiento y la productividad —meta de
toda empresa— pasa por encontrarle sentido a la labor que se realiza. Sólo así
podrán todos empujar en un mismo sentido.(Raúl
Gorrín)
La psicología
positiva apunta en este sentido, en crear la convicción de que un ambiente de
trabajo en el que priven las buenas relaciones, en el que todos estén alineados
en pos de un mismo fin, donde se fomente el apoyo social a través de
actividades extralaborales, redundará en la formación de organizaciones
positivas y saludables.
Una
empresa en la que el trabajador sabe por qué trabaja, para qué lo hace, con qué
fin y, al mismo tiempo, sintiendo que los objetivos de la empresa son sus
mismos objetivos, es un trabajador que apunta al rendimiento y a la
productividad.(Raúl Gorrín)
Trabajar
bajo estas condiciones mejora los indicadores de gestión de todas las
organizaciones, tales como productividad, servicio, ausentismo, siniestralidad,
entre otros.
Es una
organización saludable desde todos los puntos de vista en la que todos han
encontrado el sentido de la labor que se desarrolla.
Lograr
esto pasa por producir un cambio cultural que parte de establecer una visión y
una misión formulada de manera participativa. Para ello es menester hacer un
diagnóstico preciso sobre la situación de la organización y hacer una
evaluación que permita obtener un panorama de conjunto del estado de la
empresa.(Raúl Gorrín)
La
participación debe ser absoluta, de todos, cada quien en su área y
especialidad, comandados por un líder proactivo que haga entender que los
objetivos de la organización también son propios a cada empleado.
Hay que
optimizar la comunicación interna, definir las relaciones con la clientela, con
los proveedores, establecer cuáles son los valores que imperarán en la
organización de modo participativo, los cuales marcarán el sentido del cambio a
implementar.
Seguramente
habrá resistencia a los cambios, pero estas pueden vencerse en la medida en que
el liderazgo se baje de su pedestal y desde el mismo suelo que pisan los
trabajadores les haga ver el sentido de las transformaciones a
implementar.
Cuatro
valores son fundamentales para desarrollas las organizaciones saludables, a
saber, participación, honestidad y orientación al cliente, calidad de vida en
el trabajo.
Hay que
resaltar que el encontrar el sentido al trabajo no es un asunto que se
restringe a unos pocos, o solo a las altas posiciones, no. Todos, absolutamente
todos, desde la más alta gerencia hasta el obrero más humilde, deben
sumarse.
Arrimando
todos en un mismo sentido fortalecerán la empresa, mejorarán la productividad,
habrá armonía, buenas relaciones, salud laboral y empresarial.
Juntos le
encontrarán sentido al trabajo.(Raúl
Gorrín)
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