lunes, 25 de abril de 2016

Raúl Gorrín: Las empresas deben crear valor social


Por Raúl Gorrín. Los grandes cambios que se han generado en el mercado obligan a las empresas privadas  a abandonar la mentalidad cortoplacista de exigir utilidades inmediatas y comprender que existen oportunidades al pensar en crear valor social en el beneficio de la gente. 

Como empresarios tenemos que ser conscientes que debemos aportar lo mejor de nosotros para cambiar la forma en la que aseguramos la rentabilidad y entendemos la gestión empresarial. Tenemos que empujar de manera eficiente el compromiso para que los emprendedores seamos capaces de crear valor económico mientras creamos, al mismo tiempo, valor social, humano y ambiental.

Existen algunas formas de lograr el objetivo de crear valor social, una de ellas es que las productos o servicios que se ofrecen puedan satisfacer las necesidades de la gente que tradicionalmente ha sido ignorada, en especial, las comunidades pobres.

Se requiere dejar de ver las necesidades sociales únicamente desde la óptica de la filantropía, en las que se comparte una muy pequeña porción del valor generado por una compañía, para enfocarse en encontrar oportunidades de negocio escondidas en problemas del entorno. Mientras que la responsabilidad social corporativa sugiere gastar recursos para hacer las cosas bien, el valor compartido establece la forma de tener un mejor desempeño económico estratégico y continúo al tener un impacto positivo en el ser humano.

Precisamente esta estrategia implica una nueva forma de pensar en el mundo empresarial, tanto en los entornos internos como en el externo. La generación de valor compartido debe tratarse no como un gasto, sino como una inversión a mediano y largo plazo ligada con el éxito de las empresas.

Para lograr que las empresas se embarquen en la ruta para crear el valor compartido se requiere un compromiso de los emprendedores y una aproximación integral con el objeto de comprometer a todos los empleados y colaboradores de la organización. Asimismo hay que entender que el desarrollo de valor compartido no es una misión de corto plazo. El retorno de la inversión y los indicadores de impacto deben ser revaluados con un propósito más estratégico.

Las empresas que se deciden por un proceso de transformación hacia el valor compartido deben entender que este implica un esfuerzo estratégico extendido a todos los individuos; una asignación de importantes recursos de gestión para impactar el desarrollo diario de las actividades del negocio. Por esto es fundamental que tengan claro el horizonte y la importancia estratégica.


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