Por Raúl Gorrín. El tema de la productividad ocupa la atención de todos los gerentes y empresarios. Los índices de productividad han venido transformándose en los últimos tiempos y han dejado tareas para ser acometidas tanto por los empresarios como por los trabajadores.
Tal como se conoce, la productividad es el método de evaluación que indica cómo las empresas consiguen los resultados propuesto, de manera eficiente y a un costo cada vez más bajo. La empresas invierten recursos y esfuerzos para mejorar su productividad. Entre los aspectos básicos se encuentran: el uso de mejores equipos y materiales para producir, conseguir la apropiada y más avanzada tecnología y el mejoramiento de los recursos humanos.
Para lograr el mejoramiento tanto en maquinaria, como en tecnología y capital humano se requiere que las empresas inviertan dinero. Una vez que las empresas logren optimizar sus instalaciones y que sus empleados estarán con mejor perfil para hacer frente a la competitividad. La capacidad competitiva de una organización se evalúa mediante la calidad en sus productos, la rapidez de reacción ante los eventuales problemas, la capacidad de innovación y la capacidad de evolución.
El recurso humano es un requisito fundamental de las empresas y en la actualidad se encuentra al frente de enormes desafíos. Debe haber una búsqueda constante sobre el cómo mejorar la calidad y productividad mediante la utilización adecuada de la fuerza de trabajo, mejoramiento de las habilidades de las personas a través del desarrollo de competencias; la administración de la diversidad de la fuerza de trabajo: raza, sexo, grupo étnico; periódica estimulación para la innovación y el cambio de manera abierta y dinámica.
Las empresas de hoy se enfrentan con retos, incertidumbre, flexibilidad y riesgo no antes vistos. La globalización ha traído consigo nuevas exigencias que hay que enfrentar con seguridad y conocimiento.
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