miércoles, 15 de junio de 2016

Raúl Gorrín: La Pirámide del Producto Perfecto PPP

Por Raúl Gorrín. Crear y poner un producto en el mercado por más que este sea innovador, no es suficiente para que el mismo sea también exitoso. Hay que cubrir una serie de aspectos que, sólo en apariencia, es fácil.

La denominada Pirámide del Producto Perfecto pareciera exponer el asunto de manera sumamente sencilla, pero que no por ello se trata de algo carente de complejidad.

Innovación, funcionalidad y diseño son las pautas que establece la referida pirámide que puede usarse en referencia tanto a artículos, como a servicios intangibles.

La innovación —base de la pirámide— puede referirse a varios aspectos, como son su precio, al hecho de que sea novedoso, único en su estilo, porque permite resolver un problema o situación de manera diferente y más práctica, por revestir menos complejidad que sus predecesores, entre otros. Los productos que no brinden alguna de estas características es muy probable que se queden olvidados en las estanterías o en los avisos donde se anuncian.

Tenga cuidado, innovador no es lo mismo que diferente. Lo innovador debe traer consigo nuevos beneficios.

La pirámide refiere en su segundo estadio la funcionalidad, la cual que permite engranar lo innovador con el diseño.

El nuevo producto tiene que superar las expectativas de los usuarios, quienes ya tienen en los artículos existentes una referencia que es preciso mejorar. Recuerde que el común de las personas se remiten a lo que establece el refrán popular: “Es preferible malo conocido que bueno por conocer”.

No lance un producto al mercado sin estar plenamente seguro de que están resueltas todas las dificultades y de que el nuevo artículo supera a los ya existentes en el mercado en virtud de que lo hace mejor que los otros.

Por último, en la punta de la pirámide encontramos un tercer aspecto que se refiere al diseño, que es la parte que atiende al aspecto final que tendrá el producto y por medio del cual será conocido entre el público.

Y como el diseño apunta hacia alguien fundamental: el cliente, debe generar un interés único en este. 

El diseño del producto debe despertar emociones y sentimientos en el comprador que lo lleven a escoger ese y no otro.

Un mal diseño puede dar al traste con un innovador producto de inmejorable funcionalidad.


Tómese su tiempo en cada una de las partes de la pirámide. Es mejor tarde, pero seguro.

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