(Raúl Gorrín) Dos cosas fundamentales mueven a
todo trabajador: Un buen salario y desempeñarse en algo que le genere
satisfacción y orgullo. Si a esto le agregamos una recompensa, pues mejor que
mejor. Se trata de un extra que impulsará a dar un paso adelante más allá de
los límites inicialmente planteados.
Las
recompensas pueden ser económicas o no.
Es decir
el premio al trabajo bien realizado podría traducirse en beneficios de todo
tipo.
Lo cierto
es que la recompensa contribuye a crear un ambiente de trabajo agradable,
placentero. (Raúl
Gorrín)
Es un
estímulo que invita a hacer las cosas mejor cada vez. Los trabajadores estarán
dispuestos al trabajo duro porque saben que obtendrán un premio a cambio.
Algunas
grandes empresas mantienen políticas de incentivos a cambio de logros, una
estrategia que motiva a los trabajadores a permanentemente probar su valía.
Esto se
traducirá en más rentabilidad y productividad que, en la medida en que vaya
incrementándose debe también reflejarse en los beneficios que reciba el
trabajador.
La
recompensa laboral es un reflejo del respeto que la empresa siente por el
trabajador y la labor que este desempeña en la organización. Igualmente el
empleado desarrolla respecto por la institución que le reconoce. Es decir,
estamos en una relación caracterizada por el respeto mutuo.
Todo esto
propicia la cohesión, la unión del equipo de trabajo, y cuando esto sucede las
líneas de comunicación permanecen abiertas. Se genera el intercambio de ideas,
la colaboración y la disposición constante al esfuerzo adicional, a la dar la
milla extra por el bien de la organización. (Raúl Gorrín)
Un
empleado recompensado considera a la empresa como propia y no trabaja nada más
por recibir un salario, sino porque siente que en la medida en que la empresa
se vea beneficiada, pues sencillamente él también lo estará. El empleado hace
suya la misión de la organización.
Las
recompensas laborales son una poderosa herramienta para propiciar la
estabilidad laboral, el trabajador conforme y a gusto con la institución,
dispuesto a permanecer en ella. La recompensa propicia la lealtad.
La
organización se deslastra de la costosa pérdida de empleados.
La
recompensa laboral es un importante factor de automotivación al trabajo, mucho
más efectivo que un líder que continuamente está llamando a trabajar más duro y
por más tiempo.
Finalmente,
hay que apuntar que es importante diseñar las recompensas e incentivos
laborales de acuerdo a las necesidades de los trabajadores de la organización. (Raúl Gorrín)